Este volumen debe comenzar con una disculpa. En un principio, había pensado incluir en él a Platón, pero aunque acuda necesariamente a él como fuente
de información y comparación, el volumen se limita a los pensadores del siglo V, incluido Sócrates, y deja a Platón para el siguiente. En consecuencia, el conjunto de ia obra constará de seis volúmenes en lugar de cinco. Ha habido razones extrínsecas para elio, surgidas mientras me ocupaba, entre otros deberes míos, de escribirlo, y ha pesado también el hecho de que ese campo más restringido se ha revelado suficiente para Henar un volumen de razonable amplitud. Espero, sin embargo, que esta consideración por separado queda justificada por la aportada al comienzo de la Segunda Parte (págs. 313 y sig.), de que los Sofistas y'Sócrates pertenecen ai mismo eufórico y exuberante mundo
de la Ilustración ateniense, y Platón a un período distinto de pensamiento,que escribía, acabé, al igual que Burnett, percibiendo en Sócrates a un hombre del siglo de Pericles que «vio la construcción del nuevo Partenón desde el principio hasta el fin», y sintiendo, asimismo, la necesidad de «volverlo a colocar entre los epígonos de su propia generación» l. Ha supuesto, por otra parte, una decisión difícil de adoptar para mí si continuar con el plan de los dos anteriores volúmenes y tratar a cada pensador por separado, o, por el contrario, ordenar los capítulos por temas. Acabó pareciéndome poco aconsejable separar las contribuciones de quienes, más o menos contemporáneos, participaron en un debate continuo, en tanto que, a su vez, a otra posibilidad prométía ser mayormente ventajosa para los estudiosos interesados en temas que, en la actualidad (a diferencia de lo que ocurre con los típicos del pensamiento presocrático), continúan interesando aún por igual. He ntentado, sin embargo, conservar lo mejor de ambas fórmulas, acompañando, a mi examen de dichos debates, una breve referencia de cada uno de los principales participantes.