VV. AA. (EDICIÓN DE NIEVES BARANDA.)
Por medio de la fantasía de estas obras los lectores se evadían de la cotidianeidad y de la penuria de sus vidas. En una época en la que la gente jamás salía del lugar donde nació, sus protagonistas son constantes viajeros en busca de aventura, como sucede en algunas de las obras incluidas en estos volúmenes, como Canamor, Tablante, Magalona, etc., que formaron parte de la cultura de muchos lectores desde el siglo XVI. Su eco más ilustre llega hasta el Quijote, que toma el bálsamo de Fierabrás de un famoso episodio de la Historia del emperador Carlomagno. En muchas de estas obrillas se encuentran motivos folclóricos que las hacen más familiares y accesibles para un pueblo que podía interpretar estos motivos y asumir el relato como propio.