CATALÁN / ROMERALO / ARMISTEAD
Las formas literarias tradicionales o populares no se pueden definir como
sencillas sino que su complejidad radica en principios particulares que
en muchas ocasiones son completamente divergentes de aquellos principios
que rigen la literatura culta. Aceptando esta complejidad podríamos
decir, de forma muy sintética que, básicamente, el romance tradicional
-forma hispánica de la balada- es una historia que se expresa con un
discurso particular que se articula en diversos niveles. Esta particularidad
del discurso es fundamental, ya que sin él el contenido narrativo de los
romances no sería muy distinto del de otros relatos, genéricamente
diferentes, como los cuentos o las leyendas que también forman parte del
acervo comunitario tradicional que perdura por medio de la transmisión
oral y que se conservan en la memoria colectiva.
En este sentido Diego Catalán afirma que los miembros de la
comunidad reciben y aprehenden un romance
... palabra por palabra, verso a verso, escena tras escena, y, al
memorizarlo, lo han descodificado según su particular interés, nivel
por nivel, hasta llegar a extraer de él la lección que les ha parecido
más al caso. La tradición oral, es cierto, rara vez retiene modos
individuales de entender una palabra, una frase, una fórmula, un
indicio, una secuencia de la narración, etc., pero conserva y propaga
modos colectivos (regionales, temporales, comunitarios, clasistas,
etc.) de descodificar esos elementos en que se articula el romance
y de reaccionar {ética, estética, social o políticamente) ante el
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