Como explica su traductor, Federico Arbós, en el Preliminar a El Libro (I), “cuando Adonis aborda el proyecto de El Libro es ya desde hace tiempo, con doce poemarios publicados en repetidas ediciones, un clásico indiscutible de la poesía árabe contemporánea. … La traducción inmediata o literal del título árabe, Al Kitâb, sería sin duda “El Libro”, pero esta palabra así empleada, con ese rotundo artículo determinado y sin más calificativo que la acompañe, nos remite sin duda a una escritura sacra, revelada (Biblia, Corán): he aquí una de las intenciones de Adonis cuando hace referencia a la “divina” obra de Dante Alighieri. El subtítulo añadido (el ayer, el lugar, el ahora) confiere a El Libro una dimensión espacial y temporal deliberadamente amplia y ambigua, entre la historia y la actualidad, que se ajusta a ese recurso literario, tantas veces utilizado, del autor que simula ser comentarista o anotador de un manuscrito hallado por azar, anónimo unas veces y atribuido otras a la pluma de un escritor ya fallecido, más o menos antiguo. Un manuscrito atribuido en este caso a un poeta, Al-Mutanabbi, que vivió en el siglo IV de la Hégira —o en el siglo X, si se prefiere el cómputo de la Era Cristiana— y que está considerado de modo casi unánime como el mayor poeta árabe de todos los