GARCÍA CALVO, AGUSTÍN
En esta recopilación, las piezas que se numeran con arábigos son más bien canciones, esto es, que su modo de ejecución propio parece ser cantarse (y de hecho Chicho Sánchez Ferlosio siento no sacar aquí las músicas como apéndice del librocantaba los números 1, 5, 30, 59, 61, 68 y alguna más, y también Amancio Prada los 10, 17, 45, 75, 105, 132, y alguno otro de los amigos musicales han usado como letras alguna de ellas), en tanto que las piezas impresas en itálicas y numeradas con romanos se presentan como soliloquios, es decir que parecen más bien prestarse a la recitación, un poco al modo teatral la más veces, como tiradas dramáticas de un solo personaje.
Por lo demás, la recopilación, abarcando más de treinta años de experimentos y tentativas, desde la más antigua, que es, si mis memorias merecen fe, del año 1942, hasta las del año pasado mismo, debe de adolecer seguramente de demasiada variedad de técnicas y estilos, y también sin duda de demasiada transigencia del editor en cuanto al número de las elegidas; pero, siendo el arte lírica, más que otra ninguna, un arte de juego combinatorio, parece que no cabe, lo mismo con la publicación que antes de ella y desde la ocurrencia misma del poema, más cosa que ir ensayando, primero ante los propios oídos, luego a los de los amigos y al fin ante los de la gente, un número siempre excesivo de formulaciones, para contar con una razonable probabilidad de que alguna de las fórmulas resulte «verdadera», o séase acertada, y pueda así servirle al público de algo.
A.G. C.
Editorial Lucina, Madrid 1993
270 págs. Rústica 19x13 cm