CANFORA, LUCIANO
Hacer del pensamiento una profesión, cuestionar el orden de la ciudad y del mundo, significaba exponerse a peligros extremos. Además de la muerte de Sócrates, hay que recordar el destierro de jenofonte, Platón vendido como esclavo, las amenazas que se cernieron sobre Aristóteles y las desgracias de Lucrecio; y la ciudad cristiana no era menos hostil a los pensadores que la ciudad pagana. Estad difíciles relaciones entre filosofía y política en la sociedad antigua prefiguran todos los conflictos ulteriores en la civilización occidental. Conflictos que encontramos estudiados en este ensayo con un rigor histórico extremo, junto al difícil arte de resitutir al pasado una intensa presencia.