La defensa de las Soledades de Góngora, que levantó polémicas desde su aparición, se ha hecho en nombre de lo que Dámaso Alonso llamó el puro placer de las formas . Esta edición sugiere otra lectura basada en el desengaño de la corte y el destino político de España. En cuanto al texto, sólo se aparta levemente de la edición de Dámaso Alonso en la restauración de algunos elementos barrocos.