ARRABAL TERÁN, FERNANDO
no es ni mucho menos el erotismo el centro del diálogo (y en tres ocasiones «triálogo»);
mi admiración por el escritor V. H. se multiplica con la lectura o relectura de su obra realmente gigantesca;
no puedo imaginar lo que fue en escena S. B. ni aun releyendo a Oscar Wilde, Proust y tantos otros;
el pensamiento y discurso de S. B. me parece sorprendente, reflexivo e inteligente y siempre nuevo y
original;
los personajes de V. H. que intervienen en el diálogo hablaron y actuaron tal y como lo narro desde Sainte-
Beuve a Baudelaire;
los hechos de la vida de V. H., también sucedieron como en la obra: con su hija Adela, su esposa, su querida
oficial e incluso con Madame Baa;
el reestreno en el teatro del Odeón de París del Ruy Blas, de V. H., con S. B. sucedió en 1872