WORDSWORTH, WILLIAM
Protagonista del romanticismo inglés, William Wordsworth recorre en este poema de ocho mil versos las diferentes etapas de su vida. Amante de la naturaleza, reflexiona sobre la belleza del arte como salvación.
A medida que avanzaba la modernidad se iba haciendo más difícil la existencia efectiva de poemas extensos, monumentales como los de la épica. El Preludio de Wordsworth plantea esos problemas de existencia real en las dos orillas de la literatura. El lector debe situarse ante estos ocho mil versos poderosos con una perspectiva adecuada: la magnitud es propia de otras épocas, pero el protagonista es un yo absolutamente moderno. El volumen mismo -incluso en su formato- invoca las grandes obras poéticas de la tradición occidental, desde la Odisea hasta la Divina comedia. Wordsworth planteó El Preludio como poema autobiográfico o, más exactamente, como poema que equivalía a toda una vida. Para el romanticismo el yo era lo que en la retórica clásica se denomina una cuestión infinita. El Preludio lo ejemplifica a la perfección, como corresponde a un texto mayor de uno de los grandes románticos. Durante cinco décadas (hasta su muerte en 1850) al poeta le costó poner el punto final. Además, sometió el poema a continuas reelaboraciones, lo que dio lugar a una compleja historia editorial (aquí se elige la versión impresa de 1850). El Preludio dejó pronto de ser lo que su título indicaba, pues no hay nada en él de movimiento previo a otro texto, sino de auténtica obra central. Muestra todos los rasgos de la poética de Wordsworth: es un "río de la mente" que fluye según la definición que él mismo dio de la poesía: emoción revivida en tranquilidad. Sintomático es también que Coleridge fuera el destinatario privilegiado de El Preludio, en una lectura que duró tres días y que desencadenó la escritura por parte de Coleridge de otro poema, que también se incluye en esta edición