PALERMO LUCIANO / FARA ANDREA / BENITO PERE
Cuenta la Legenda Aurea de Jaime de Vorágine que, en una de las
hambrunas que afligió la ciudad de Myra, el obispo Nicolás (San
Nicolás de Bari, c. 270 ? c. 343) persuadió a varios navegantes que
llevaban trigo desde Alejandría a la corte del emperador para que
le cedieran una parte de la carga. Cuando llegaron a Constantinopla
los marineros quedaron atónitos al comprobar que el peso
del flete no había menguado. Mientras los oficiales del emperador
recibían el cargamento intacto, el trigo desembarcado en Myra se
multiplicaba prodigiosamente hasta alimentar la ciudad durante
dos años.