CATULO / TIBULO / LIGDAMO / SULPICIA / PROPERCIO
Ya a los romanos antiguos les gustaba que el nombre de su ciudad fuese anagrama y palíndromo del Amor. En Fragmentos del romano Antonio Sánchez Zamarreño explora desde un lenguaje contemporáneo esa otra romanidad: "Venus es dos en la ciudad de Roma". El poeta es portavoz de aquellos que prefieren la intimidad al imperio: "Más allá de tus senos extendidos / no hay nada que no sea tierra de bárbaros". Enseña a valorar los pequeños triunfos de nuestra vida privada, algo que nunca entenderán los ambiciosos de cualquier signo. Venus y Marte son dioses de plena actualidad cultural, incluso geopolítica. Hay que elegir uno de ellos. Nuestro poeta lo ha hecho ya: "En todo labio Venus vence a Marte". El protagonista de este arte de amar se llama Publio Antonio: como Ovidio y como el autor real. Prefiere la plenitud erótica a la del poder: "No tuvo César un instante así". Y transforma las peripecias de la antigua urbe en aventura personal y transferible: "Cómo no arderá Roma en tu desnudo".