ALIAGA, JUAN VICENTE
Pepe Espaliú (Córdoba, 1955 - Madrid, 1993) es uno de los artistas más destacados de la generación española de los ochenta. Pintor, escultor, dibujante y escritor, desarrolló una obra coherente y significativa relacionada muy estrechamente con la reflexión sobre la propia identidad. A su trabajo se le debe una de las más profundas conceptualizaciones de la vivencia del SIDA, enfermedad motivo de su fallecimiento y con la que dialogó valientemente en el plano artístico y sobre la que produjo algunas de sus obras más importantes.
El Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía homenajeó a Espaliú con una pequeña muestra en 1994, un año después de su fallecimiento. En esta ocasión, se han reunido más de un centenar de piezas en una retrospectiva que repasa en profundidad su trabajo de 1986 a 1993. El artista cordobés aborda en sus obras temas como la convivencia del sufrimiento y el placer, la máscara, el aislamiento o la herida, que lo acercan conceptualmente a los trabajos de Louise Bourgeois en términos escultóricos, mientras que en su lenguaje pictórico laten nombres como Walter Dahn o Jiøi Georg Dokoupil. En sus pinturas Para asesinar una risa, La lealtad del verdugo o The visionary discipline, todas ellas de 1986, Espaliú deja constancia del rostro como expresión de la identidad, uno de los temas que trabaja con más profusión de 1986 a 1990. En este sentido la serie de cuatro piezas Pas de masque (1988), confeccionadas con papel de patrones de diseño de moda, se unen discursivamente a aquellas otras del mismo año denominadas Santos y realizadas en cuero. A ellas se añaden las esculturas de caparazones de tortuga, de cuerdas y nudos y campanas carentes de badajo.
Tras conocer su enfermedad en 1990, la obra de Espaliú se dota de un simbolismo incluso mayor, a través de sus esculturas de jaulas y muletas, el artista alude a su padecimiento y lo extrapola a un orden universal y compartido. Esta concepción de lucha frente a la incomunicación relacionada con el SIDA alcanza su punto álgido en, quizá uno de los trabajos más reconocidos de Espaliú, Carrying Proyect que se materializa en esculturas en forma de palanquines de hierro y sillas cubiertas por una caja cerrada y acciones relacionadas con el acto de transportar. En San Sebastián el artista recorrió las calles de la ciudad transportado en brazos por sus amigos, desde la sede del festival de cine, hasta el ayuntamiento y en Madrid, desde el edificio de las Cortes, hasta el Museo Reina Sofía.
La vertiente más espiritual de su obra tiene relación con su interés por los derviches giróvagos que representan un viaje hacia la perfección y a los que va referida su obra El nido (1993) presentada en la localidad holandesa de Arnhem. Espaliú subido a una plataforma construida en lo alto de un árbol daba vueltas al tiempo que se desnudaba y dejaba caer su ropa en el suelo a modo de construcción de un cobijo simbólico. Lo carnal y lo psíquico, el interior y el exterior aparecen de esta manera, enlazados en la acción, aludiendo a la sensibilidad extrema del artista hacia el carácter más íntimo de lo humano.