GARCIA, ANGELA
La poesía de Ángela García procede como un ritual de contemplación de lo vivido, como buscando la iluminación, la revelación hacia el entendimiento, al igual que la visitación de los sueños. Y en el centro de todo esto, la sensualidad de lo vivido por el cuerpo, que es el «centro del misterio de todas las grandes cuestiones humanas». En efecto, para la poeta el cuerpo es una «máquina tan misteriosa, tan extraña, tan perfecta», que «puede canalizar cosas tan abismales como la historia, el deseo, el futuro, las contradicciones, el dolor [y] los temores»