MACHADO, ANTONIO
'En su conjunto, la obra de Machado representa una alta aventura espiritual'
Pedro Cerezo
Dentro de la lírica española del XX, la obra de Machado resulta esencial por la gravedad y autenticidad de su voz, por su capacidad para transparentar la verdad del alma. Una verdad que nos lleva de la poesía a la filosofía, como camino de ida y vuelta que reflexiona sobre el propio acto creativo y la capacidad de cantar lo que se pierde para salvarlo de la muerte y del olvido.
Como indica el propio título, el Machado de Soledades, Galerías y otros poemas (1907) está plenamente imbuido en el simbolismo y nos remite a la intimidad del yo. Un yo empapado de la crisis espiritual de fin de siglo, un yo caminante y cansado que siente cómo el tiempo fluye inexorablemente y repasa su propio devenir en las galerías interiores del alma. Aquí encontramos la música interior de Bécquer y la vibración del gran Darío, las luces y tinieblas de un paisaje interior en el que cantar y soñar van de la mano.
La publicación de Campos de Castilla en 1912, coincide con una nueva etapa en la que Machado llega a Soria como catedrático de Francés y se casa con la jovencísima Leonor Izquierdo, matrimonio que se quiebra con la prematura muerte de la esposa y parece consumar aquella pasión de amor frustrado que cantaba en Soledades. Sin embargo, Machado se abre ahora hacia la realidad de la tierra castellana, ruda y áspera. Hacia los labradores y pastores que la habitan. Hacia el lento fluir del Duero que evoca el curso histórico de otros días. Aquí se enclavan poemas míticos como 'La tierra de Alvargonzález' (un poema trágico con ecos del romancero y aura de leyenda) o los 'Proverbios y Cantares' que preludian al Machado estoico que, lejos del sueño, camina a la luz de la conciencia: 'Caminante son tus huellas el camino'. Aforismos donde también encontramos huellas de Bergson o Unamuno, o el 'Ciclo de Leonor' que nos descubre al poeta como un sonámbulo en tierras de Baeza, con una lírica intensa donde el amor y la muerte conviven. El contacto con los problemas del campo andaluz, también en esta etapa, van radicalizando su sensibilidad republicana y su compromiso político: 'Olivar y olivareros/ bosque y raza,/ campo y plaza'. Y se cierra este poemario clave en la obra machadiana con los 'Elogios' dedicados Unamuno, Ortega y Gasset y otros tantos héroes capaces de regenerar la ética y la estética en España de la época...
Biografía del autor
Antonio Machado nació en el seno de una familia culta y liberal y estudió en la Institución Libre de Enseñanza de Madrid, factores que marcaron e influyeron en su defensa de la causa republicana. Fue poeta y prosista perteneciente a la Generación del 98. Vivía en París cuando conoció a Rubén Darío, que se convertiría en un gran amigo del escritor. En Madrid conoció también a Unamuno, Valle-Inclán, Juan Ramón Jiménez y otros destacados literatos. Machado desarrolló una gran actividad literaria y cultural: escribió obras de teatro con su hermano Manuel, también poeta, entre las que destacan La Lola se va a los puertos (1929) y La duquesa de Benamejí (1931). Su primer libro, Soledades (1903), son poemas de carácter modernista, Campos de Castilla (1912), constituye uno de los libros más populares del poeta, Nuevas canciones (1914), Páginas escogidas (1917) y Poesías completas (1928 y 1933), entre otras obras. En 1927 fue nombrado miembro de la Real Academia Española. Tras estallar la guerra civil española, se exilió al pueblo francés de Colliure, donde murió al mes de su llegada.