SALAZAR BONDY, SEBASTIAN
LA CIRCULACIÓN de un libro y sus lecturas son impredecibles, pero
no azarosas. En la década de los ochenta, Lima la horrible era un libro
raro en las pocas librerías formales y los numerosos libreros callejeros
de la ciudad de Lima. Nunca pude encontrar la primera edición mexicana
de Ediciones Era de 1964, ni la limeña de Populibros del mismo año; solamente
una rudimentaria edición pirata, impresa sin fotografías. Durante
esos años, Lima la horrible no era una lectura, era fundamentalmente una
frase suelta en una ciudad enloquecida por la pobreza, la delincuencia, el
terrorismo y la represión.
Quizá hoy puedo entender por qué el libro de Sebastián Salazar Bondy
permanecía oculto y, asimismo, ver en aquella edición pirata una suerte de
resistencia popular. Puede pensarse que el poderoso ensayo vivía todavía
proscrito por un grupo de intelectuales y políticos que vieron en él un insulto,
una amenaza y, quizá peor, una traición. Porque Lima la horrible sólo se
pudo pensar y escribir desde adentro, porque constituye sin duda alguna
un enunciado parricida, una destrucción de la propia casa querida que se
juzga insostenible y perversa.
Diez años después, en un suburbio universitario de los Estados Unidos,
llegó a mis manos una reimpresión de la edición mexicana de 1964. Venía,
además, cargada de los subrayados y apuntes de un notable intelectual puertorriqueño,
maestro y amigo, Arcadio Díaz Quiñones: Es el libro que me
hubiera gustado escribir, me dijo. En el testimonio de su lectura, distante
del mundo limeño, descubrí los alcances de este texto y su importancia para
la crítica y el ensayo latinoamericanos.
*Crítico literario peruano. Doctor en Literatura (USA). Profesor de Literatura Latinoamericana
en Princeton University, Department of Spanish and Portuguese Languages and Cultures. Email: