PINA, JUANMA
En un local del barrio madrileño de Malasaña, cuatro personajes se ven forzados a compartir ochenta metros cuadrados durante una noche de armas sin seguro y peligrosos recuerdos. Lucas y Verónica, dos frustrados aspirantes a policía nacional, conviven durante horas con Gabriela y Fernando, ella la orgullosa dueña de la peluquería Cortacabeza y él su mejor pero más neurótico empleado. Lavar, marcar y enterrar es una comedia de balas, calaveras y pelucas. Lavar, marcar y enterrar nos descubre que la venganza se sirve al calor de un secador de mano y no hay mejor defensa que un buen tinte. Lavar, marcar y enterrar nos enseña que es fácil enterrar el pasado pero muy complicado que este permanezca inmóvil y en silencio en los sótanos de una peluquería.