VELÁZQUEZ SORIANO, ISABEL
En torno al año 1960 D. Ángel Ruiz Sainz encontró de forma accidental un objeto curioso pero, a la vez, de enorme interés para el estudio de El Poema de Fernán González. Estaba realizando obras de acondicionamiento de una casa situada en Villamartín de Sotoscueva (Burgos), junto a la ermita románica de Santa Marina, En un hueco, en el suelo de la cocina, debajo de una losa, halló una teja cocida que tenía varios textos grabados.
Resultó que, en el lomo de dicha teja, se encontraban grabadas cuatro estrofas de El Poema de Fernán González (180, 106, 107, 108) con ciertas variantes con respecto al primer texto que se conocía del poema, procedente de San Pedro de Arlanza.Las estrofas 106, 107 y 108 pertenecen a una Oración en la que se nombra a la virgen Marina, precisamente la advocación de la ermita adyacente. La 180 pertenece a otra oración dentro de la descripción de la infancia del conde Fernán González.
La letra es gótica-cursiva y fechada entre la segunda mitad del s. XIII y mediados del siglo XIV. Por lo tanto, este fragmento del poema sería anterior al primer documento escrito que no se conocía, del siglo XV. A esto hay que añadir que los versos aparecen avalados por una confirmación notarial y un signo, que abren numerosas hipótesis sobre su función. Puede que se tratara de la primera piedra, o la última teja, de la dicha ermita, certificado de obra arquitectónica.
Según la transcripción paleográfica de José Hernández Pérez¹ la teja dice:
Teja
de fuera s(o) rráyda
seste que fues la tu mesurra
que tornase la rrueda que
castelanos pasad(o a) grant rrencura
con las gentes paganas fu
(Se)ñor tu que libresste a daujd del leon
mateste al fillisteo un soberbioso (on)
allos jodios del rrey de babillon
saca anos y libra desta tribulacion.
Señor que entre los sabios valiste a catalina
Y de muerte libreste a et