TEJERO GARCÍA TEJERO, JUAN
Los actores arrastran a lo largo de toda su vida una sombra muy distinta a la del resto de los seres humanos. Las suyas está moldeadas por los personajes que han constituido la cima de sus carreras cinematográfica. Aquellos papeles que son algo más que el resultado de una buena interpretación. Aquellos a los que el tiempo sólo les afecta para engrandecer su leyenda. Nacieron para ser inmorta¬les y para hacer inmortales a los actores que los encarnaron. ¿O es al revés? Poco importa, porque todos juntos componen una hermosa galaxia de seres legendarios. Y todos soportan una sombra de la que jamás podrán desprenderse, e incluso, en el peor de los casos, puede llegar a anularles. ¿O es que acaso fue capaz Malcolm Mc Dowell de desligarse del recuerdo de Alex de Large, el perturbado protagonista de ?La naranja mecánica?? ¿O Johnny Weissmuller de la piel de ?Tarzán?? ¿O Linda Blair de Regan, la niña poseída de ?El exorcista?? ¿O Bela Lugosi de ?Drácula?, origen de una relación vampírica que acabó por aniquilarle. Son sólo cuatro ejemplos de la legión de intérpretes sepultados por la cla¬morosa popularidad de una c