GUIJARRO GARCÍA, ÁLVARO
ETERNIDAD
Antes del último saco de tierra,
la fiesta clara
y los pequeños escarabajos blancos,
mi cuerpo será un texto sin historia
con piojos como cláusulas
hacia los hornos de mi pasadizo.
La impureza es una droga excelsa
y mi precisión abre las prisiones
cuando ya se fuga mi rubio esqueleto:
soy en la muerte azules océanos,
mitologías y parques escondidos.
Sinceramente, nadie quiere mi memoria.
Pero qué grande es el perdón
y el deseo te destina a abolir
todo cuanto espera.
Atravesar el pasillo hasta el salón mediano
y decir en voz baja, para nadie:
«universo»