SÉGUR, GENERAL CONDE PHILIPPE
«El reconocido diario del Conde de Ségur sobre la campaña de Napoleón en Rusia no es un libro más sobre Bonaparte, es la principal fuente de miles de libros escolares, leyendas, sermones e ideas para aquellos que han fantaseado con la idea de conquistar vastos territorios... Ségur evoca de manera excepcional las primeras escenas de los desastres de la guerra. Fue un cronista de guerra comparable a Herodoto y Bernal Díaz del Castillo.» - TIME En el verano de 1812 Napoleón congregó a su imponente Grande Armée. Más de medio millón de soldados se concentraron en las orillas del río Niemen. Napoleón estaba a punto de emprender la más arriesgada de sus campañas: la invasión a Rusia. Encontró resistencia solo de manera esporádica y la superó con facilidad a lo largo del camino. La poderosa armada avanzaba sin dificultades hacia Moscú durante los agradables días del verano. El 14 de septiembre, Napoleón llegó a la capital rusa, anticipándose a la rendición del Zar. Al contrario de lo que pensaba, encontró una ciudad desierta y en silencio que su armada procedió a saquear, y en octubre, sobre las ruinas de Moscú, con unas provisiones llevadas a su límite, y con el invierno ruso por delante, Napoleón no tuvo otra opción que retroceder. Una de las grandes debacles militares de toda la historia apenas comenzaba. En sus célebres memorias, Philippe-Paul de Ségur, un joven edecán del ejército de Napoleón, cuenta la historia de este drama con la mirada perspicaz de un reportero experto y con una sagaz comprensión del carácter del ser humano. Este libro se convirtió en decisiva inspiración para Guerra y paz de Tolstoi: una obra maestra de la historia militar que enseña una lección siempre oportuna acerca de la arrogancia imperial y sus riesgos. «Uno de los clásicos perdurables sobre memorias bélicas ... La narrativa de Ségur, sobre las batallas y las derrotas, el hambre y el pánico es extraordinaria.
Edecán de Napoleón, aristócrata de rancio abolengo, el conde Philippe-Paul de Ségur (1780-1873) tomó parte en el Gran Ejército napoleónico que en 1812 traspuso las fronteras del imperio de los zares. Testigo presencial de los hechos, pues, escribió unas memorias de la infausta campaña que fueron publicadas por primera vez en 1824 bajo el título de Historia de la expedición a Rusia emprendida por el emperador Napoleón en el año de 1812. La obra se convirtió enseguida en un acontecimiento editorial de proporciones, reeditada una y otra vez y traducida a multitud de idiomas. Devenida un clásico en su género y verdadera joya literaria, filón de historiadores y novelistas, el mismísimo Lev Tolstói se inspiró en sus páginas para la redacción de algunos de los memorables pasajes de Guerra y Paz, su vasto friso novelesco. Sus ecos aún resuenan en obras recientes, de concepción más modesta pero apreciables como Nevaba, la novela de Patrick Rambaud.
A contrapelo de muchos de los de su rango social, Ségur tiene a orgullo el haber participado en la gesta napoleónica. Su crónica de la campaña rusa es testimonio de admiración al emperador, mas no se trata de una admiración tan incondicional que ofusque toda capacidad de crítica; lejos de esto, el autor reprocha a Napoleón lo imprudente, desmesurado de su empresa. Todo el mal de aquella guerra sin cuartel que fue la campaña rusa, dice, procedía de haber iniciado tan terrible aventura. Por grande que fuese el genio de Napoleón, las fatídicas circunstancias el tiempo, el clima, las distancias- debían superarlo irremediablemente.