NIÑO DE ELCHE
En un ejercicio simbólico y provocador más para aquellos que rechazan su obra que para quienes la seguimos de cerca, Niño de Elche abría el espectáculo de presentación de su álbum Antología del Cante Flamenco Heterodoxo (18) desnudándose y volviéndose a vestir. Durante algunos minutos teníamos en frente al artista en calzoncillos, débil frente a los ojos inquisidores, humano frente a los nuestros, en un fugaz prólogo de lo que estaba por llegar. Pero su forma de enfrentarse a la tradición más intolerante y su inabarcable necesidad de romper tópicos ya estaba ahí desde mucho antes, desde años antes de que grabase su primer disco, aunque los últimos años hayan acelerado los acontecimientos de forma casi exponencial. Y eso es lo que descubrimos o mejor dicho confirmamos en este In memoriam. Posesiones de un exflamenco, sin lugar a dudas el libro más interesante de todos aquellos en los que el nombre del cantaor ilicitano aparece en portada.
De hecho, quizás este In memoriam. Posesiones de un exflamenco debería ser su primer libro escrito como Francisco Contreras y no como Niño de Elche. Porque, en esencia, aquí nos vamos a encontrar con el chiquillo, el jovencito o el cantaor previos al artista. O mejor dicho, previos al artista actualmente conocido como Niño de Elche, puesto que leyendo estas ciento veintipocas páginas a uno le queda muy claro que, en cierto modo, el artista siempre estuvo ahí, agazapado, esperando su oportunidad, esperando que le escuchasen gentes que fueran más allá del grupo de padres de sus compañeras de coro o sus entregados familiares.