LÓPEZ RAMÍREZ, JAVIER / PEDRO INSUA
La rebelión de la Generalidad fue un golpe a la Nación española. Contrariamente a la extendida opinión de que supuso un golpe de Estado, en realidad fue algo más grave. El golpe de Estado tradicional ataca a lo constituido: a la forma del Estado, a la forma de Gobierno o al propio Gobierno para derribarlo. Sin embargo, la agresión de la conjura de las instituciones regionales catalanas se dirigió contra la unidad de lo que sustenta a todo lo constituido y que es lo constituyente: la Nación, la reunión de todos los españoles.
Las acciones políticas de los rebeldes nunca recibieron contestación. El Gobierno de España las consintió todas. Su pasividad amparó la escalada de tensión hasta el punto de que el Rey denunció su inacción en un mensaje televisado.
Golpe a la Nación. Crónica de una conjura consentida examina los antecedentes que condujeron a la crisis y hace un relato pormenorizado de los acontecimientos de las ocho semanas de la rebelión. Despeja las relaciones de unos hechos con otros, analiza el significado político de cada uno y desnuda el resultado de conjunto.
------
«El 1 de octubre y las dos declaraciones de independencia subsiguientes no fueron sino los actos no impedidos que emanaron de la proclamación de Cataluña como sujeto político soberano. El golpe a la Nación se inició el 6 de septiembre».
«El referéndum de autodeterminación constituyó el elemento innovador que este alzamiento ha aportado a la técnica del golpismo. No solo fue un arma de propaganda, sino la acción nuclear con la que los alzados justificaron sus actos previos y posteriores, así como el medio con el que integraron a los Mozos de Escuadra y a las masas como fuerzas coactivas de la rebelión».
«No existe ninguna fórmula legal para que Cataluña ni ningún otro territorio español declare su independencia política de España. Los medios de reforma de la Constitución solo pueden ser invocados para introducir cambios en lo constituido. Pretender que la Constitución tiene capacidad para modificar lo que la constituye a ella es una quimera».
«El Gobierno y la Generalidad se comportaron como si la secesión fuera un expediente administrativo. Sin embargo, una declaración de independencia es por su propia naturaleza una declaración de guerra».
«La beligerancia de los catilinarios creció hasta que encontró la resistencia de la Nación española, que tomó sobre sí la responsabilidad de defender su unidad ante la evidencia de que su Gobierno rehusaba hacerlo».