ILLÁN FRUTOS, JUAN ULISES
El fútbol moderno ha convertido al aficionado en un sujeto funcional para su negocio. La trampa neoliberal transformó los clubes de socios de tradición comunitaria, en grandes empresas deportivas convirtiendo a hinchas en clientes. Un robo a mano armada, una degradación cultural del fútbol que, pese al intento mediático de normalización y la imposición mercantil, coexiste con un movimiento de resistencia en las gradas.