TAUSSIG, MICHAEL
En Maquiavelo el miedo funciona como un aspecto inherente a la política. De
su extenso trabajo, en el Príncipe capítulo XVII, el autor infiere que más vale
ser temido que amado por el vulgo. Por naturaleza los hombres son ingratos,
volubles, huidores de peligros y ansiosos de ganancias. La confianza no sólo
es un arma de doble filo sino que puede convertirse en la perdición del
gobernante si éste es traicionado. Debido a la inclinación que sienten los
súbditos por la traición, Maquiavelo recomienda el príncipe que ha confiado en
ellos, se halla destituido de todos los apoyos preparatorios, y decae, pues las
amistades que se adquieren, no con la nobleza y la grandeza del alma, sino
con el dinero, no son de provecho alguno en los tiempos difíciles y penosos,
por mucho que las haya merecido. Los hombres se atreven más a ofender al
que se hace amar que al que se hace temer, porque el afecto no se retiene por
el mero vínculo de la gratitud, que, en atención a la perversidad ingénita de
nuestra condición, toda ocasión de interés personal llega a romper, al paso que
el miedo a la autoridad política se mantiene siempre con el miedo al castigo
inmediato, que no abandona nunca a los hombres (Maquiavelo, 1995: 129).
Diferente es el tratamiento que hace Michael Taussig sobre el tema. Una
distancia adecuada, admite Taussig, es necesaria a la hora de examinar el
terror en forma objetiva, caso contrario éste se vuelve contra su observador.
Por lo general, los países civilizados se estremecen de aquellos lugares que
consideran atrasados o primitivos, y en ese estereotipo el terror trabaja como
una barrera simbólica de profilaxis que separa y enfatiza las desigualdades
entre los hombres. El terror, en este sentido, se encuentra inextricablemente
ligado a la construcción de otro que es vinculante. Siguiendo las contribuciones
Nómadas. Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas 26 (2010.2)
© EMUI Euro-Mediterranean University Institute Universidad Complutense de Madrid ISSN 1578-6730
Publicación asociada a la Revista Nomads. Mediterranean Perspectives ISSN 1889-7231
de W. Benjamin, Taussig sugiere que una nueva reinterpretación de la
situación de los oprimidos revela que el estado de emergencia no es la
excepción sino la regla. Esta condición es un pre-requisito hacia un orden
autoritario el cual promueve la coacción en nombre del orden. Escribe Taussig,
el terror es lo que mantiene a estos extremos en aposición, del mismo modo
que esta aposición mantiene el ritmo irregular de apatía y choque que
constituye la aparente normalidad de lo anormal creada por el estado de
emergencia (Taussig, 1995: 28)
Especialista de cuestiones latinoam