GULLÓN, RICARDO
Hace ciento cincuenta años nació Benito Pérez Galdós (1843-1920) en Las Palmas de Gran Canaria, Benitín para sus allegados, que llegaría a convertirse en el don Benito de las letras españolas, malintencionadamente apodado «el Garbancero». Su nombre civil, el apelativo familiar y el remoquete evocan a un escritor complejo, a quien conocemos bastante bien, desde las particularidades biográficas, pasando por los libros, a su lugar en el universo de las letras españolas. Nos hallamos, por tanto, a la distancia apropiada para considerarlo con una perspectiva madura, de acceder al Galdós esencial.
Parece forjado un consenso histórico-literario respecto a su papel de retratista mayor del reino (J. Casalduero, J. F. Montesinos), de narrador puntero (R. Gullón), homologable con sus pares de allende las fronteras (A. del Río, S. Gilman), inspirado en la noble fuente de la ficción cervantina (R. Cardona, R. Benítez), además de renovador del teatro español decimonónico (S. Finkenthal, C. Menéndez Onrubia) y perspicaz cronista de la actualidad (W. Shoemaker). Nadie serio disputa la importancia y vigencia de sus aportaciones a la novela, al teatro, y al periodismo de los albores de nuestra modernidad.
Todo ello conseguido durante una vida dedicada a la observación de lo humano (A. Armas Ayala, B. Madariaga, P. Ortiz Armengol), y a vivirla en una privada intimidad con auténtica pasión, amorosa (desde Sisita, pasando por Emilia Pardo Bazán, hasta Teodosia Gandarias), intelectual (demostrado por su interés por cuantas corrientes de pensamiento afloraron en su época: el romanticismo de las novelas de la primera época; el krausismo de El amigo Manso; el neokantismo de las novelas contemporáneas, como La de Bringas; y el espiritualismo tolstoyano de Nazarín), política (vivida desde el banquillo de diputado), viajera (España, de norte a sur y de este a oeste, Francia repetidas veces, Alemania, Holanda, etc.) y amistosa (Leopoldo Alas, José María de Pereda, el doctor Tolosa Latour). Esa holgura de personalidad humana nutre una narrativa rica en perspectivas vividas y presentidas en todos aquellos ámbitos en los que su extraordinaria personalidad supo sentir y entender.