VELA, FERNANDO
A Fernando Vela se le recuerda sobre todo por haber cofundado en 1923, junto con José Ortega y Gasset, Revista de Occidente, de la que fue secretario de redacción hasta 1936. También como traductor al español de literatura filosófica germana de entreguerras: Fácil acceso a la teoría de la relatividad de Rodolfo Lämmel (en 1923), Sistema de estética de Ernesto Meumann (en 1924), Lo santo de Rodolfo Otto y El mundo del hombre primitivo de Fritz Graebner (en 1925), El realismo crítico de Augusto Messer (en 1927), Realismo mágico de Franz Roh (en 1927), Sören Kierkegaard y Rousseau de Harald Hoffding (en 1930 y 1931), Cultura femenina de Jorge Simmel (en 1934), Lo que pasa en Francia de Enrique Heine (en 1935), Realidad del alma de Carlos Gustavo Jung (en 1940), &c. En menor medida como ensayista: El arte al cubo y otros ensayos (1927), Orientaciones últimas de la filosofía (1932), El futuro imperfecto (ensayos) (1934), El grano de pimienta (1950), &c.
Fernando Vela ha sido dicho este ovetense representativo es el propio Oviedo europeo (por José Díaz Fernández en 1928), escritor contemporáneo (por Constantino Suárez en 1936), periodista y ensayista español (por Ángel Arconada en 1970), un hombre de prensa y de gran cartel en editoriales [
] traductor de gran categoría [que] sabía de literatura y de filosofía (por Ramón García de Castro en 1973), gran periodista y escritor (por quienes convocaron el Premio Fernando Vela en 1974), elegante e ingenioso periodista, fue también un profundo y riguroso comentador de la filosofía orteguiana (por Gonzalo Díaz Díaz en 1988), figura singular de la literatura ensayística española (por Ignacio Gracia en 1997), receptor de los más recientes y actuales pensadores europeos [
] filósofo de la escuela de Madrid (por José Ramón San Miguel en 2009), aduanero de las ideas y regente del pensamiento español de entreguerras (por Javier Neira en 2010), filósofo, escritor, periodista (por Ignacio Gracia en 2011), escritor liberal apropiado por los socialistas con la aprobación de su familia (por Ignacio Gracia en 2011), aduanero ilustrado gregario de Ortega y Gasset (por Ignacio Gracia en 2013), &c.
Es decir, Fernando Vela no ha caído en el olvido, sino todo lo contrario. Por razones variadas y curiosas, que ameritan análisis aparte, viene siendo recurrentemente reivindicado: desde el localismo más rancio al provincianismo más subvencionado, por literatos, despistados filomasones, añorantes y anacrónicos suspirantes de míticas repúblicas, socialdemócratas oportunistas, autodenominados anarquistas que hasta encuentran al libertario en el liberal
Algunas de sus traducciones siguen vivas, pero sus escritos no se leen, aunque se publiquen.