RAMPINI, FEDERICO
El ataque de Rusia a Ucrania, respaldado por China, ha cogido a Europa desprevenida, ocupada en su propia destrucción. El desarme estratégico de Occidente ha ido precedido por un desarme cultural. La ideología hegemónica, la que se difunde en las universidades y en los medios de comunicación, nos impone destruir nuestra autoestima, culpabilizarnos y flagelarnos. Ya no tenemos valores que proponer al resto del mundo, sólo crímenes que expiar. Es el suicidio de Occidente.
En la academia prevalece una feroz censura contra quienes no siguen un pensamiento políticamente correcto, y la lista de personalidades silenciadas, expulsadas y despedidas va en aumento. Sólo las minorías étnicas y sexuales tienen derechos y ningún deber. El ecologismo extremo, religión neopagana de nuestro tiempo, demoniza el progreso económico. Los jóvenes, esclavizados por las redes sociales, son manipulados. La alianza entre el capitalismo financiero y las grandes compañías tecnológicas plantea una globalización contra los trabajadores y la clase media. Ya no existen injusticias económicas. Sólo «un planeta que salvar» y un mosaico de identidades que exigen reparaciones. En Estados Unidos este es el evangelio que se recita todas las mañanas en los consejos de administración de las multinacionales, desde Silicon Valley a Wall Street; en las empresas de marketing; en Hollywood y entre las millonarias estrellas del deporte. En Europa, el conformismo totalitario puede tener el rostro seductor de Greta Thunberg o de Carola Rackete.
A los europeos nos cuesta todavía entender todos los excesos que están a la orden del día en Estados Unidos, pese a que el contagio del Viejo Continente ya ha comenzado. Este libro es una guía para afrontar el desastre en curso; es una advertencia y una señal de alarma.