JIMÉNEZ, JUAN RAMÓN (PRÓLOGO LUIS ALBERTO DE CUENCA)
En ese frondoso árbol de publicaciones del ya lejano trienio juanramoniano brota otra rama fructífera y apasionante, otro libro del moguereño universal que es a la vez sorprendente y muy revelador sobre la fecundidad y el pensamiento del poeta. Se trata de El Modernismo (1953) que, según escribe en el prólogo Luis Alberto de Cuenca, Juan Ramón Jiménez había subtitulado Notas de un curso de ese mismo año. Añade que "la edición corría a cargo de Ricardo Gullón y Eugenio Fernández Méndez" y que "nunca fue concebido como un libro por Juan Ramón", pues "lo que Gullón editó en 1962 es fruto de la transcripción de los apuntes tomados por Zenobia Camprubí, esposa del poeta a partir de las clases impartidas por éste en la Universidad de Puerto Rico". Muchos años después en 1999, el catedrático y poeta Jorge Urrutia haría la edición definitiva del libro "acribillándolo de notas exegéticas".
Uno descubre en la ávida lectura del texto que, como afirma el prologuista, en esta visión del modernismo según JRJ, éste se "nos muestra entero y verdadero en cada juicio crítico, sin cortarse ni un ápice a la hora de establecer sus prioridades estéticas, sus adhesiones y sus rechazos". Advertimos de inmediato que el concepto que el autor de Platero y yo tenía del Modernismo excede bastante de lo que estudiamos en nuestras clases de Literatura, analizando con una visión precisa y valiente sus consecuencias en América y el occidente europeo.
El libro nos permite adentrarnos de manera gozosa en los pensamientos y preferencias de Juan Ramón, no sólo por la certeza que suponen los nombres más citados, sino por los gustos personales y los que más influyeron en él y que él mismo confiesa desde sus primeros pasos poéticos: Bécquer, inspiración de su primer poema, Rosalía de Castro, Jacinto Verdaguer, Azorín, el Romancero, Víctor Hugo, Lamartine, Musset, Heine, Goethe, Schiller, Gautier, Ibsen, Rubén Darío, Valle Inclán
Evoca París "ambiente en el que se desenvolvió el modernismo" y destaca a los poetas Baudelaire, Rimbaud, Mallarmé, Verlaine y asegura "Los simbolistas franceses influyeron sobre los imaginistas de Inglaterra y Estados Unidos
Amy Lowell, Gould Fletcher
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Al reseñar este ambiente literario el Premio Nobel moguereño asegura que lo que en París se llamaba simbolismo en América y España era modernismo y cada país lo bautizaba "según la oportunidad". Insistiendo en la predilección por los líderes de ese simbolismo no olvida a Yeats, Rilke, Stefan George, D´Annunzio, Machado... En uno de los capítulos finales hay una larga lista de poetas españoles y americanos que van desde la transición del romanticismo al modernismo hasta el ultraísmo, pasando por el modernismo y postmodernismo, la tradición clásica y la reacción hacia el prosaísmo sentimental. Esta copiosa recopilación de lecciones de Juan Ramón, es una magistral exposición imprescindible en el más ambicioso estudio literario. Realmente impagable.