GALVÁN, ANI
Algo está pasando con la poesía joven en Murcia. En el pasado pero reciente 2022, vimos la publicación de Herederas de María Sánchez-Saorín (premio Tino Barriuso, Hiperión) y Las ciudades de Andrés María García Cuevas (accésit del premio Adonáis 2021, Rialp), pero también ganó Luis Escavy el premio Adonáis de 2022 con Victoria menor, y le siguió Lola Tórtola, accésit con Los dioses destruidos. Y es que hay más: Ani Galván ganó el premio Carmen Conde de poesía, publicado por Torremozas, con el poemario Educación de una cortesana. Es la reseña que os traigo hoy a Papel en blanco.
La autora de Educación de una cortesana, Ani Galván, es graduada en Historia del Arte y doctoranda en la Universidad de Murcia. Ha publicado el poemario Catábasis (Raspabook, 2016) y ha publicado poemas en medios como Zéjel, El Coloquio de los Perros u Oculta Lit, entre otros.
Cubierta del libro Educación de una cortesana, imagen extraída de las redes sociales de la poeta
El poemario está dividido en dos partes complementarias: la primera, «educación física», que comienza con una cita de Ada Salas; y la segunda, «educación sentimental», con una de Roland Barthes. Ambas partes, como bien indica el tan acertado título, forman la educación de una cortesana. La autora lo explica en una entrevista publicada en El Coloquio de los Perros: «Esa fue la idea en torno a la cual empezó a orbitar mi escritura: la educación de una mujer en cuyo aprendizaje de comportamiento, maneras, afectos, etc., va estableciendo una relación con su identidad y la ajena, delimitando los términos y el alcance de su libertad».
En «educación física», la autora reflexiona sobre cómo se aprende a ser mujer, cómo se aprende el lenguaje con el que nos comunicamos con el mundo y cómo se aprende el deseo, entre muchos otros aspectos, a través de leyes, manuales y prácticas (como puede verse, por ejemplo, en el poema «una lección de plástica»: «pronto fui incapaz de seguir la premisa / demasiado hábil al violar la Ley / para que nada duela / algo en ti debe / contenerse»). Es interesante el hecho de que la poeta, con una poética más centrada en el silencio, enuncia referencias tan distintas como Susan Sontag, Greta Thunberg y el Levítico.