LORENZO, ARTURO
Una divagación más en torno a Cervantes, en este caso de un Arturo Lorenzo nómada entre nómadas, de frontera en frontera como él y como los mejores degustadores de su caldo añejo, siempre es interesante y estimula, ayuda a no morirse de asco, o de cabreo o de mosqueo, o de algo más fuerte y poco deseable para los otros y, por supuesto, para uno mismo también, que ha aprendido con él en palabras de Arturo que «la poesía es la forma humana de nombrar y hacer nuestro el paraíso». Ese «ser feliz en esta tierra. Sin dioses a los que rendir pleitesía».
Emilio Sola
Como todo buen libro, la lectura amena y entretenida de Don Quijote, cautivo de amor de Arturo Lorenzo, nos abre nuevos interrogantes, nuevas propuestas. Un diálogo con su vida, con sus pasiones y sus historias. Un diálogo que sigue creciendo a la sombra de Cervantes y de Don Quijote, por más que se nos siga escapando de las manos.
José Manuel Lucía Megías
Arturo Lorenzo, Madrid, 1949. Licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad Complutense. Fue profesor en la Universidad Nacional de Educación a Distancia entre 1977 y 1982, pero la mayor parte de su vida profesional la ha dedicado al Servicio Exterior, especialmente en el ámbito de la cultura. Tras dos años en el Instituto Hispano Árabe de Cultura de Bagdad y su paso por la UNED, permaneció diez años en Argelia en la Oficina Cultural de la Embajada de España en Árgel donde fue nombrado director del Instituto Cervantes de la ciudad. A partir de ahí fue nombrado director de los centros del Instituto en Casablanca, Rabat, Nápoles, Tánger, Lyon y Milán.
Tiene la medalla al Mérito Civil por su contribución a la difusión de la cultura española en el exterior.
Ha publicado la novela Época de emociones (Sial/Pigmalión, 2011) y es autor de decenas de artículos de crítica literaria y viajes en distintos medios.