MIGUEZ, MARIO
Dios dispuso la mesa: está en penumbra
Hay luz de atardecer que ya es escasa
y se hace insuficiente: cuanto alumbra
lo ha cubierto como una ajada gasa
Niega el tiempo un reloj ya detenido
Una máscara, y una partitura:
Mi rostro que está oculto y está herido,
la música que en mi alma se hizo impura
Y una espada partida
Y laurel seco
Sólo tristes emblemas de este mundo
que me dicen que es breve toda espera
y que arderá mi voz sin dejar eco
Casi es noche, y son brillo moribundo
flor, libro, crucifijo y calavera