HERRERA PETERE,J
A lo largo de las últimas semanas hemos ido conociendo de qué manera el arte se fue comprometiendo durante la Guerra Civil: Miguel Hernández, Alberti, extranjeros como Orwell o Hemingway, el cine Acero de Madrid, incluido el Premio Nacional que recibió, es un caso claro de novela comprometida y de urgencia, como hemos ido insistiendo. Tal vez, desde nuestro 2017 y nuestro habitual olvido hacia nuestra historia, algún lector se pregunte ¿y el bando sublevado y vencedor, tuvo también sus obras? La respuesta es clara y rotunda: sí, y fueron y han sido las que han constituido la lectura dominante de la historia. Por eso se hace necesario regresar a Acero de Madrid. Pero ahora vamos a ver esa otra versión a través de uno de sus mejores exponentes: Agustín de Foxá.